El TDAH en secundaria, autoinstrucciones

El trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) es un síndrome conductual con bases neurobiológicas y un fuerte componente genético.

Las dificultades propias del TDAH se encuentran en las funciones ejecutivas.

Las funciones ejecutivas consisten en el mantenimiento de la actividad cognitiva del sujeto sobre un determinado tipo de estímulo o de tarea a lo largo de un periodo de tiempo (regulación de la atención sostenida).

El ejercicio de las funciones ejecutivas depende del plan que se ha trazado el sujeto para alcanzar una meta; así, a la vez que el sujeto focaliza la atención, debe ser capaz de rechazar estímulos irrelevantes para ejecutar bien la tarea propuesta.

El inadecuado funcionamiento de estas funciones se manifiesta en los siguientes rasgos predominantes en los niños con TDAH:

• Su inadecuada respuesta inhibitoria, dificultades en el control de impulsos y dificultades en la capacidad para demorar recompensas.

• Su excesiva actividad en tareas irrelevantes o bien su pobre regulación de la actividad frente a la exigencia de una determinada situación.

• Sus dificultades en la regulación de las emociones, la motivación y el estar alerta. • Su mayor variabilidad en el rendimiento de su trabajo.

¿Cómo se manifiesta?


  • En la calidad del trabajo: su trabajo suele ser pobre e incompleto, con mala presentación, aunque en ocasiones puedan hacerlo bien. Son muy dependientes del ambiente (organización, estructuración y supervisión).
  • En la cantidad del trabajo: con frecuencia no terminan sus trabajos, tareas, exámenes, etc.
  • En la velocidad del trabajo: muchos niños con TDAH trabajan más despacio, otros se precipitan, lo hacen muy rápido y comenten errores. En general, no revisan sus tareas y, cuando lo hacen, tienen gran dificultad para detectar los errores que cometen durante la ejecución del mismo.
  • En el rendimiento: Su rendimiento puede variar significativamente de un momento a otro e incluso de un día a otro.
  • En la automotivación (autorreforzamiento): Les cuesta mantener el esfuerzo en tareas o actividades que no les proporcionan una recompensa inmediata. Tienen dificultad para trabajar por grandes recompensas a largo plazo, en cambio, necesitan recompensas frecuentes aunque sean irrelevantes. Pueden iniciar una tarea correctamente, pero después de un tiempo están desmotivados y/o cansados y se dejan llevar por estímulos que en esos momentos son más gratificantes e inmediatos, como hablar con un compañero o mirar por la ventana; lo saben hacer, pero hay una incapacidad para inhibir esos estímulos. Se dejan arrastrar por estímulos más divertidos para ellos y recompensas inmediatas.
  • En la regulación del nivel general de alerta: es decir, para centrarse en las demandas del ambiente y del momento (lo que ocurre aquí y ahora). Tienen dificultades para iniciar el trabajo que deben hacer, evitar la distracción y mantenerse atento en situaciones monótonas.

Con frecuencia, parece que sueñan despiertos o están en las nubes cuando se supone que deberían estar atentos, concentrados y centrados en una tarea


¿QUÉ NO ES EL TDAH?

 Debido al término “Hiperactividad” se confunde este trastorno con niños que simplemente son revoltosos, que tiene mal comportamiento y que no paran de incordiar. El TDAH es mucho más que eso, el principal problema reside en sus dificultades de autocontrol y falta de concentración, y los problemas que ello causa en el rendimiento escolar.

El TDAH en secundaria

Los alumnos mayores, a partir de los 15 años, requieren un tratamiento específico. La adolescencia en un chico o chica con TDAH puede ser complicada.

Los adolescentes en general ven incrementada su impulsividad (los hiperactivos más), desafían las normas, necesitan autoafirmarse, separarse mentalmente de sus padres. Son tareas difíciles para niños inseguros o poco competentes. Los adolescentes hiperactivos son especialmente vulnerables a ser tentados por las drogas o por el gamberreo (porque les cuesta analizar las consecuencias a medio y largo plazo).

Además de las dificultades relacionadas con la edad adolescente, los contenidos académicos son más complejos, más abstractos. Parte del aprendizaje en la educación primaria es aprendizaje de herramientas (como la lectura, la escritura, el cálculo). En secundaria, se aprenden contenidos, para lo cual es necesario dominar las herramientas de aprendizaje y tener suficiente capacidad de concentración como para estudiar. Cuando estas fallan, el esfuerzo para aprender es mucho mayor, y el adolescente va perdiendo interés por el estudio.

Como ayudarles

Un buen recurso es el Entrenamiento en auto-instrucciones y resolución de problemas.


• Es recomendable permitir al alumno el acceso a las instrucciones de “cómo se hace”, ya sea una tarea, una evaluación o bien simples cuestiones de organización.

• Los educadores (padres y maestros) son los modelos de referencia, de ahí la importancia de intentar ser buenos modelos. De nuestra forma de actuar aprenderán mucho. Nuestro modelo puede permitir al alumno aprender “cómo se hace”, es decir, estrategias de afrontamiento y resolución de problemas. Una forma de hacerlo es enseñando el uso de las auto-instrucciones.

• El entrenamiento en auto-instrucciones consiste en modificar las verbalizaciones internas (que los niños con TDAH no las generan o las generan mal) por otras que son apropiadas y/o necesarias para lograr el éxito de una tarea. El objetivo es enseñar el lenguaje como auto-guía para la resolución de problemas. No enseñan al alumno qué tiene que pensar, sino cómo ha de hacerlo.

El niño debe aprender a hacerse las siguientes preguntas porque no las genera espontáneamente y utilizarlas en el momento preciso y de forma adecuada:

1. ¿Cuál es mi problema/tarea? ¿Qué es lo que tengo que hacer?
2. ¿Cómo puedo hacerlo? ¿Cuál es mi plan? Esta es la pregunta más importante y difícil ya que implica generar alternativas distintas y seleccionar las más eficaces.
3. ¿Estoy siguiendo mi plan? Proceso de auto-observación y rectificación en el caso de errores.
4. ¿Cómo lo he hecho? Proceso de auto-evaluación y auto-reforzamiento.


Esta técnica puede trabajarse en el aula y en casa individualmente. Para conseguir que generen el lenguaje interno antes se deberá trabajar las verbalizaciones de manera oral.
Y sin olvidar nunca  una gran dosis de paciencia, y motivar siempre.

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