No etiquetemos a los niños


Comparto con vosotros parte de un post de Sólo hijos que me ha parecido muy interesante, en otros post ya he escrito sobre el peligro de las etiquetas ya que cuando  denominamos repetidamente a un  niño de una determinada manera, termina por asumir que es así ; y ante esta situación debemos tener mucho cuidado, ya que somos una mezcla de genética y entorno y este último nos puede influir potenciando o “debilitando” nuestras “capacidades base”.


“Eres un llorón”, o “¡Que niño tan torpe!”… No queremos ofenderles, pero, a menudo, etiquetamos a los niños cuando repiten alguna conducta que puede ser molesta o inapropiada.Estas etiquetas sólo conseguirán que se sientan limitados y difícilmente cambiarán de actitud. 

Torpe, mandón, llorón, etc. Así encasillamos muchas veces a nuestros hijos destacando alguna de sus conductas repetitivas que socialmente no están bien vistas o nos molestan. A pesar de no tener mala intención, al subrayar lo que hacen mal les podemos hacer sentir que nunca serán capaces de cambiar y que están limitados por esos defectos.

Para ayudar a que mejoren su personalidad y evitar que se acomplejen, te recomendamos seguir los siguientes consejos: 
  1. Busca oportunidades para mostrarles una buena imagen de ellos mismos: reconoce y alaba los pequeños cambios positivos que hacen, el cariño es más efectivo que las riñas. Así, por ejemplo, si tu hijo suele quejarse mucho, felicítale cuando pida algo sin quejarse.
  2. Dales oportunidades para el éxito: de este modo, se verán de otra manera y si lo consiguen, se motivarán. Y es que así, además, saben que tienen tu confianza y este hecho favorecerá el cambio.
  3. Intenta que te oigan cuando les alabes delante de otra persona: tu opinión marca profundamente el concepto que tienen de ellos mismos, por eso, les harás sentir menos inseguros y contribuirás a modificar su conducta.
  4. Dales ejemplo: eres su modelo, por lo tanto, no hay mejor forma de que se comporten correctamente que si ven que tú lo haces.
  5. Recuérdales las cosas que han hecho bien anteriormente: si ven que han sido capaces de hacer algo que no solían conseguir, se sentirán bien. Hasta puedes escribirles sus logros en un libro y leérselos de vez en cuando. 
  6. Cuando actúen según una vieja etiqueta, expresa tus sentimientos y expectativas: es bueno que entiendan que no se han comportado como es debido, pero también hay que ofrecerles soluciones. En todo caso, antes que repetirles de forma reiterada qué es lo que han hecho mal, es mejor explicarles que nos sentimos mal y cuál hubiera sido el comportamiento que esperábamos. 

Además, también es recomendable tener cuidado cuando usamos las palabras “siempre” y “nunca” con los niños,  porque cierran su futuro ante cualquier intento de cambio.

Por otro lado, es importante que recuerdes cuando eras niño si tenías alguna etiqueta y cómo te afectó. Sólo poniéndote en su lugar lograrás entender a tu hijo. 


Fuente: Sólo  hijos

Comentarios

Entradas populares